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lunes, 11 de julio de 2011

Tres palabras - fragmento de "Caricias Amargas"

Por Peluka kuakro

Tres palabras

Caminábamos por las calles con cautela, la lluvia caía suavemente sobre nuestros rostros y hacia que nos abrasemos con más fuerza.
-¿Así que quieres que te regale un conejo? – pregunte intrigado.
-No lose, si quieres – ella respondió sin ninguna muestra de afecto.
-Bueno, un conejo será entonces – la miraba al caminar.
-Te dije tal vez – respondió sin mirarme.
Levante la mirada y me puse a pensar: ¡Pobre! Ella cree que la amo…ojala que no este cometiendo un error… – suspire –… muy aparte se, que ella no me quiere. – Abrí bien los ojos – No le hare daño, solo acabare con su ilógico, absurdo y sobrellevado juego ¡Que mas da! Si en serio me amaras… - gire a verla – aunque sea me lo demostraría ¡¿No?! … aunque sea lo diría ¿No? – Mi voz se debilitaba en mi mente – Espero que no me quieras, así no sufrirías tanto… no como yo sufrí por ti, cuando me dejaste abandonado ¡Te lo mereces! ¿O no? – Empezé a dudar y susurre – Si, te lo mereces…

-¿Qué? – dice ella con curiosidad y con una mirada tan tierna.
-Nada, nada, olvídalo – me apresuro a contestar.

Después de unos minutos, pregunte muy audaz y sorpresivamente.

-¿Tu me amas? – te quedas callada, en un silencio que perturba y luego sonríes con delicadeza, sin decir nada todavía. – Dios – digo en muestra de fracaso ante ninguna repuesta tuya.
Seguimos caminando y mis pies que pisaban los charcos que se formaban en la grietas y huecos de la pista, comienzan a humedecer mis zapatillas, nuevamente veo el cielo gris y las gotas de lluvia perturban mi vista, la miro unos segundos mas y frunzo el ceño - ¡Carajo! Debería terminar contigo ahora, eres una buena actriz… - pienso - …fingir bastante tiempo que me quieres, es demasiado bajo, hasta para ti ¿Cómo hacer que me digas la verdad? – Suspiro nuevamente - ¡Bueno! ¡Esta decidido! Mañana mismo se termina esta relación. – ella voltea suavemente y me mira con ternura, me toma de las manos, bajas la mirada unos instantes, como si estuvieras nerviosa de lo que ibas hacer o decir, entonces sus labios articulan tres palabras, que me hacen quedar estático, me das un beso y siento el sabor a frambuesa de tus labios y te alejas corriendo.
Me quede helado, tieso, atónito, no comprendía que había pasado y en mi cabeza rebotaba aquellas tres palabras que salieron de esos labios tan sexys: Te amo Bruno… te amo Bruno… te amo Bruno… - apenas logro sonreír y digo asombrado: Yo… yo también, te amo.

Las palabras hieren

Por Peluka kuakro
Las palabras hieren

Yo nunca creí, que mis palabras te podrían herir, perdóname si hice mal, solo escribí lo que sentía, mi inseguridad, mi estupidez al pensar de que tu no sentirías nada, tal ves me apresure en decir – de que tu no me querías – cometí una grave error, perdóname por favor, si pudieras ponerte en mi lugar ¿Sabes como me siento? Como me siento al no escuchar un “te quiero” o un “Te amo”, me veras reír, pero solo es una mascara de la realidad, te quedas callada y mi corazón se desgarra de dolor, al notar que no muestras afecto alguno, mis sentidos se apagan, me cuesta mucho mantenerme en pie, mientras solo te quedas callada, tal ves yo dude, pero tu nunca dudes de mi, yo te quiero, eres mi gran amiga, contigo siempre puedo contar, eres mi ángel, sueño todas las noches contigo, yo te amo, nunca lo dudes, por primera ves, creo que estoy cometiendo un error, tal ves esta sea la primera ves, en que tu te hayas enamorado de mi, no quiero perder mi única oportunidad de hacerte feliz, solo te pido una cosa, demuestra que es lo que sientes, me demostraras a mi, de que te hago falta, como tu a mi… para mi tu siempre serás aquella chica que conocí, hace casi dos años atrás, dulce, tierna, cariñosa y sensible, no importa que digan los demás, yo te veré siempre con los mismos ojos de la primera vez, tu eres mi vida y no te quiero perder.
 

La dicha de la vida

Por Peluka kuakro
La dicha de la vida

Cuando miro el rostro de cada persona que pasa por mi lado, mientras camino por la calles oscuras de esta ciudad, me pongo ha pensar… ¿Cómo será la vida de estas personas? ¿Qué terror vivirán en sus hogares? ¿Por qué no piensan un poco más? ¿Porque esta vivo aun este mundo? Cada rostro con un sentimiento: Rabia, preocupación, decepción, alegría, tristeza, desamor, personas que no pueden mas con sus vida y que seria un alivio olvidarse de todo, pero eso es lo malo, no puedes despegarte de la vida, de tu vida.
La luz del faro alumbra a un grupo de muchachos, todos aparentando ser alguien que no es, mascaras y disfraces elementos que ocultan la identidad de algunos, pero ¿Puedes ser tu mismo? ¿Ya no puedes? ¿No es así? Porque te esforzaste tanto en cambiar de personalidad que ya no sabes quien eres.
Y no puedes olvidar aquellos recuerdos, que pasan por tu mente cada vez que intentas olvidar, tu corazón consume, escupe y retribuye maldad, a veces te preguntas ¿Qué estoy haciendo mal? Pero cuando quieres hacer el bien ¿Qué te oprime? ¿Quién hace que te detengas y que siguas el camino incorrecto? ¿Qué es lo que te pasa? Tu pecho no puede mantener ese corazón activo, ¿es tan malo ser así? Por supuesto que lo es, acaso no comprendes cuanta maldad nos hiciste pasar, y que tu pecho esta quebrantándose poco a poco, consume y destruye ¿acaso hace algo mas? Tu lo sabes, tu decide, vivir siendo un miserable, inhumano, despiadado y repugnante persona, o morir siendo aquella persona que decidió dar la vida por otra, es tu decisión, pide ayuda a tu corazón.

Un viejo ciego y gruñón

Por Peluka kuakro

Un viejo ciego y gruñón
En un barrio antiguo, vivía un anciano ciego, llamado Matías y su nieto Juan. El abuelo Matías siempre se quejaba de su nieto, se quejaba de que no hacia nada, de que era un holgazán, de que sería mejor vivir solo.
Juan no le decía nada porque su abuelo era ciego y era la única familia que tenía, sus padres fallecieron cuando el era niño y se quedó solo con su abuelo, Matías siempre paraba en el cuarto de su casa escuchando la radio, era un hombre solitario, su nieto hacia los quehaceres de la casa mientras su abuelo le gritaba ¡esta casa debe de estar hecha un asco, nunca limpias jovencito del demonio, nunca!
Juan era un joven trabajador, mantenía a su abuelo con lo que ganaba de su trabajo, Juan también era un hombre solitario, ya que solo le dedicaba tiempo a su abuelo y a sus cuidados, nunca había salido con su abuelo a caminar y nunca había hablado con él de nada, Juan pensaba de que su abuelo lo odiaba, pero eso no le importaba a él, porque el lo quería mucho.
Un día Juan, decidió salir con su abuelo a caminar ya que nunca salían, Matías se negaba a salir pero al final aceptó, Juan y Matías salieron de la casa para caminar por las calles y tomar un poco de aire fresco, se divirtieron mucho y por primera vez Matías sentía un cariño por su nieto Juan, los dos, ya cansados decidieron volver a casa, en el transcurso comenzaron a hablar de la familia y Juan le preguntó ¿Por qué me odias abuelo? Matías le respondió, no te odio hijo, solo te digo lo que debes hacer, eso es diferente. Juan pensó en decirle que él hacia todo lo de la casa, que él lo cuidaba, pero decidió guardarlo para otro momento.
De pronto el abuelo Matías cayo al suelo y comenzó a gritar ¡Niño del demonio, como te atreves a empujarme, soy tu abuelo, que te has creído! Las personas que estaban alrededor ayudaron al abuelo a levantarse, Matías molesto preguntó ¿¡Donde esta es muchachito del demonio, que se ha creído?! Las personas miraron al abuelo histérico y un hombre de barba castaña se acercó a Matías y le dijo al oído, “Su nieto acaba de ser atropellado, él lo empujo un segundo antes, para que el automóvil no lo atropellara a usted”
Un dolor inmenso lo invadió y una lagrima bajo por la mejilla derecha de Matías, recorriendo su arrugado y viejo rostro, por primera vez Matías sentía amor, pero ese amor estaba acompañado del dolor.

Si tienes a una persona a tu lado que se preocupa por ti dale las gracias, dile lo que sientes, antes de que sea demasiado tarde.

Un cuento de Buenas noches

Por Peluka kuakro
 
Un cuento de Buenas noches
Era un sábado por la tarde y me dirigía al parque, al llegar, vi a una joven sentada en una de la bancas, estaba llorando y abrazaba un peluche,                    me acerque y le pregunte que le pasaba, ella levanto la mirada lentamente seco sus lagrimas y me pregunto, ¿Has engañado alguna ves a alguien?, la mire fijamente y le dije que si, tomo mi mano y me pregunto, entonces ¿Por qué lo hacen? Mire al suelo avergonzado y dije que no lo sabia.
Cogió el peluche y se levanto, con lágrimas en los ojos me miro y arrojo el peluche al suelo, se limpio las lagrimas y me abrazo, sentí su perfume y sentí su dolor, su corazón latía fuerte y no paraba de llorar, la abrase aun mas fuerte y le pregunte casi susurrando a su oído, ¿Quién te hizo daño? Me dejo de abrazar y señalo a un muchacho que estaba detrás de mi, cuando giré, mi corazón comenzó a latir muy fuerte, un escalofrió recorría mi cuerpo, era mi hermano mayor.
Cuando el observó que estaba abrazando a su enamorada, se acerco con pasos firmes, levanto un brazo, cerro su mano formando un puño y golpeo mi rostro, al caer al suelo vi que él le estaba gritando ¿¡Como rayos se te ocurre meterte con mi hermano, eres una cualquiera!? Al ver esa reacción de mi hermano, me levante del suelo, con la frente adolorida y le grite ¿¡Que te pasa  ha ti, como te atreves a hablarle así, tu eres el idiota que la engaño!? Su mirada de odio, se volvió en furia, me agarro del cuello y me dijo ¿¡Que te crees mocoso, te quieres robar a mi novia!? Me volvió a tirar al suelo, al caer la furia invadió mi cuerpo, me levante rápidamente y le di un golpe en el estomago, él cayo al piso, tome de la mano a la joven y nos escapamos de ahí.
Cuando estábamos lejos, la abrase y ella me abraso aun mas fuerte y le pregunte ¿Cuál es tu nombre? Ella me respondió susurrando, “Stephany” yo sonreí y le dije “Soy Drake”, sus labios a solo centímetros de los míos, rosaron  y nos besamos.
-Y así hijo, tu madre y yo nos enamoramos.              
-¿papá? ¿Y tú hermano?
-El se caso, con mi mejor amiga y ahora viven en Australia.
-Bueno Mauro, es hora de dormir, buenas noches hijo.
-Buenas noches papá.